martes, 2 de julio de 2019

El Monstruo




El Monstruo

Relato-corto-de-terror
Monstruo en la Oscuridad



Bajo el Farol.


El primer golpe que propino al cuerpo de aquel ser deforme hizo que este se balanceara hacia su derecha y falto poco para que cayera al suelo, la criatura berreaba, chillaba y siempre le mostraba sus filosos dientes al carecer de labios; el segundo golpe lo asesto justo a la cabeza a pesar de que este ser debía medir por lo menos dos metros de altura, tuvo que hacer un gran esfuerzo, sin embargo consiguió tumbarlo al suelo, fue tal el impacto con el filo de la pala que un trozo de carne se desprendió de su nuca. De no ser por aquel farol no habría podido ver nada, no habría tenido tanta suerte al golpearlo.


Ya con la criatura en el piso, Jaime se detuvo por un segundo frente a este ser a examinarle la cara, si se podía llamar así a ese semblante tan repugnante; la criatura no dejaba de abrir desmesuradamente sus fauces escupiendo fuertes chillidos retumbantes, no tenia ojos, incluso apenas se percibían unos orificios dispares encima de su boca, que pretendían ser sus fosas nasales; Jaime, tomando la pala por el mango y apuntando el filo hacia el rostro de aquella monstruosidad, logro rajar esa grotesca cabeza, separando desde la mandíbula a la frente, del resto del cuerpo; la criatura aún se movía, así que instintivamente volvió a golpear una y otra vez ese cráneo, hasta que finalmente se produjo un fuerte estallido mientras unos sesos putrefactos se esparcieron por el asfalto, junto con trozos de cráneo, de masa encefálica y de carne, un charco de espesa sangre coagulada se formó en rededor de aquella figura.


- ¡Maldito monstruo! - le grito frenéticamente, mientras se limpiaba la sangre y trocitos de carne de la cara.

Procedió a encaminarse hacia el centro del pueblo, respiraba jadeante mientras caminaba hacia la siguiente cuadra.



caminar-bajo-la-niebla
En la Niebla

La Niña.


Hacia aproximadamente una hora que Jaime había tenido un encuentro con una niña pequeña, debía tener alrededor de siete años, le pareció muy raro que estuviese sola en aquel sitio, sobre todo por el hecho de que no hubiera visto una sola alma en aquel pueblo desde que llego, pareciera que el pueblo estuviese abandonado.

- ¡Hola!, ¿estás perdida? - Intento hablarle, pero la niña, al parecer en modo de juego soltó una dulce carcajada infantil mientras comenzaba a correr en dirección contraria a él.

- ¡No hablo con extraños! - Exclamo, mientras se escabullía por un callejón.

Corrió tras ella, pero la perdió de vista en cuanto salió de aquella callejuela, avanzo una cuadra más en dirección al centro del pueblo, donde hacía apenas un mes había estado caminando mientras se dirigía a una cita de negocios, aunque en aquel entonces el centro estaba repleto de gente, incluso a la misma hora, tal como ahora.

Fue al aproximarse a la esquina de la calle San Jorge, cuando creyó divisar una figura bajo un árbol, tuvo que acercarse más para poder distinguirla, el reloj apenas marcaba las 8:15 pm, acababa de caer la noche, pero debido a esa espesa niebla era incapaz de ver claramente a cinco metros, dicha figura avanzaba lentamente hacia la esquina, su cabeza se movía rápidamente, - Estará teniendo un ataque o algo parecido - Jaime Susurraba mientras avanzaba hacia ella; parecía no tener brazos, o tenerlos cruzados. Eso lo sorprendió, la figura se detuvo bajo un farol y dio media vuelta torpemente, quedando de frente a él.

- Disculpe, ¿se encuentra bien? - Se detuvo a unos cuatro metros.

- ¡Arghhh! - Fue la respuesta, un sonido gutural no muy perceptible. Y dio un paso al frente.

- Me estaba preocupando, ¿sabe?, llegue hace un rato en camión, y desde que pise el suelo de este pueblo no había visto a nadie, pensé que me habían dejado en el lugar equivocado, tal vez.

Quiso hacerle conversación, sin sospechar que el sujeto no prestaba atención a sus palabras; o que ni siquiera las entendía. De pronto aquella figura comenzó a avanzar hacia él.

- Siento mucho si lo estoy molestando, no era mi intención - Comento con nerviosismo y comenzó a avanzar hacia atrás y de pronto sintió miedo. - Mejor me retiro, ¡Hasta luego!

La figura continuó acercándose, rápidamente, así que el hizo lo mismo y avanzo más rápido para atrás, cuando estuvo muy cerca de él pudo observar mejor aquella figura, una criatura desnuda con sus brazos pegados a su estómago, entrelazados, al parecer era incapaz de separarlos de su cuerpo, su cuello era largo y sobre el descansaba una cabeza deforme con grandes fauces que ahora chirriaban mientras la criatura se abalanzaba estrepitosamente hacia él.

- ¡Aléjese de mí!... ¡Aléjese por favor!, ¡le haré daño si no lo hace! - Tropezó con sus propios pies y cayo de sentón, y comenzó a avanzar hacia atrás arrastrándose en el suelo sin quitar la vista de la criatura, le fue imposible captar a detalle su fisionomía debido a la niebla, ¡esa extraña niebla!, pero su siniestra presencia era perfectamente perceptible.

Al fin pudo ponerse de pie y miró en cualquier dirección buscando algo para defenderse de aquel monstruo, a unos pasos a su izquierda, recargada sobre la valla de madera de el jardín de una vivienda, se encontraba una pala de pico, de esas que se usan para cavar.

- ¡Te lo advierto, aléjate o te haré daño de verdad! - ésta vez había ira en su semblante.



El Pueblo.


La única iluminación que tenía, procedía de la linterna led de su teléfono móvil, había estado intentando hablar a su hermano para comentarle lo sucedido, incluso marco al 911, pero no había señal, los teléfonos públicos de las calles no daban tono, todo era tan raro; en la última hora el pueblo pareció sumirse en una profunda oscuridad, no había luna. Se encontraba ya hace un rato sentado en una de las mesas de un Café cerca de la plaza principal, el mismo al que anteriormente visitó. Se encontraba ensimismado, solo levantaba la mirada cuando escuchaba algún ruido, se producían pocos en aquel lugar.

- Pero ¿qué está pasando?, ¿dónde están todos? - Hablaba como si estuviera con alguien más.

- Esa cosa debió estar acosando al pueblo, por eso es que está escondida la gente, ¿habrá personas en la catedral? - Se preguntaba en voz alta.

La catedral se encontraba en el extremo norte de la plaza, a la derecha de donde él estaba, era un edificio monumental de estilo gótico, una belleza arquitectónica.

Se levanto, cruzo la calle y se dispuso a caminar por la acera de la plaza hacia aquel templo, había avanzado unos metros cuando escucho un susurro a lo lejos, se dirigió en dirección a él; Jaime traía consigo su "pala", ya no correría ningún riesgo mas mientras estuviera en ese pueblo.

Una sombra apareció en la niebla, no sabría decir si era una persona, por fin podría hablar con alguien sobre lo que estaba pasando, fue acercándose, y pudo comprobar que se trataba de una figura similar a la que anteriormente se topó en aquella solitaria calle, bajo el farol; Jaime no estaba seguro si se trataba de la misma criatura que había combatido, no podía ser posible, a menos que...

- "Debe haber más de esas cosas" - pensó mientras caminaba lentamente, asechando a la criatura, que al parecer, no lo había visto aun.

Imaginó que podría pasar desapercibido a un lado de ella, así que se apresuró a rodearla por el lado de la calle, el monstruo se encontraba inmóvil, pudo ver como su pecho se movía adentro y afuera, mientras su cabeza se agitaba muy rápidamente en todas direcciones, tan rápido que sería imperceptible a la vista a menos de ponerle especial atención, como él lo hacía ahora.

Al llegar a unos metros de la criatura Jaime se le abalanzo, con pala en mano y le asesto un golpe directo al pecho, el cuerpo retrocedió, pero no cayo, el monstruo chillo estridentemente, si hubiese gente en aquel pueblo lo podría haber escuchado desde tres cuadras de distancia.

- ¡Atrás!, ¡O tendré que golpearte con esto nuevamente!

La criatura no respondió, solo camino hacia él, con sus grandes fauces y colmillos filosos. Entonces, lo golpeo, lo golpeo nuevamente, y lo siguió golpeando hasta dejar a aquel monstruo en el suelo, procedió a hacer exactamente lo mismo que le hizo a la criatura bajo el farol de la esquina de la calle San Jorge.

- ¡Si es necesario acabare contigo y con todos tus amigos!, - era obvio que ya había "acabado" con él, pero Jaime sentía necesario el dejar claro que no permitiría que esos monstruos le hicieran algún daño.

Caminó alrededor de la plaza, tenía que encontrar a alguien, un teléfono, algo que lo ayudara en esa horrenda situación en la que se encontraba.

- ¡Un coche!, creo que es mi única esperanza, conduciré hasta el pueblo mas cercano y podre advertir a todos sobre lo que está ocurriendo aquí.

Se dirigió nuevamente al Café, ahí había visto aparcado un descapotable, intentaría hacerlo andar, como fuese, pero lo haría, estaba decidido.

Al llegar al Café fue grande su sorpresa al ver a la niña nuevamente. Estaba sentada frente a la misma mesa que anteriormente él ocupaba.

- Espera, no te asustes, mi nombre es Jaime, ¿tu cómo te llamas?

- Gloria - Respondió la niña.

- "Bien!, ya no se muestra tan reservada como antes" - pensó. - Creo que es muy peligroso que andes sola en este lugar, ¿acaso estas extraviada?

- No - respondió la niña con una mueca de extrañeza.

Creo que deberías quedarte junto a mí, buscaremos ayuda, - parecía que hablaba mas consigo mismo que con Gloria. - No puedo dejarte sola en este lugar con tantos... - Hizo una pausa buscando la palabra correcta. - ... Monstruos.

- ¿Huh?, ¿estás ciego o algo así? - Lo cuestionó.

La cara de la niña denotaba gran perplejidad por lo que acababa de oír.

- Pueden hacernos daño... ¡mucho daño! ¡rápido, tenemos que irnos!

Intento tomarla de la mano, pero la niña en un acto reflejo, se levantó de un salto y se alejó corriendo. La chica se perdió entre la niebla una vez mas.

- ¡Espera! ¡no puedes andar por ahí como si nada! - No lo podía creer. - Necesito echar a andar este coche, después me preocupare por ella, y será mas fácil buscarla.

A lo lejos se veían algunas sombras caminando hacia donde él se encontraba, incluso parecían andar mas rápido que las últimas dos criaturas que había matado. Aun no lograba encender el coche, había encontrado la llave de repuesto, pero pareciera que llevaba días, o tal vez semanas sin haber sido usado, la marcha no iba bien, estaba aparentemente ahogado. Y las sombras estaban cada vez más cerca; la niebla se disipaba y dejaba ver sus grotescas figuras. Y aquellas luces eran... cegadoras. ¿De dónde habían salido de cualquier forma?

- Son demasiados, ¡tengo que irme ya!... ¡Enciende maldito pedazo de chatarra!



Las Luces.



El viejo reloj de la catedral marcaba las 10:06 pm, cuando seis detonaciones de arma de fuego se produjeron, una primero, otra más en menos de un segundo, cuatro más seguidas una detrás de otra, la muchedumbre corrió, los mas curiosos se quedaron, había histeria colectiva en aquel lugar, el monstruo cayó abatido boca arriba, y solo contemplo el despejado cielo, mientras las luces se extinguían frente a su mirada, y su pecho quedo teñido completamente de rojo.




Epílogo.



"Nota extraída de un diario local"

7 de noviembre de 2009

La noche de este jueves se tornó sangrienta por lo que asombro a los pobladores de la entidad, al menos dos asesinatos fueron perpetrados durante las últimas horas de ayer, las victimas se tratan de una persona de alrededor de 40 años de edad, y otra persona de apariencia indigente de aproximadamente 55 años de edad, ambas aún sin identificar oficialmente.

Cerca de las 8:30 de la noche, la estación de policía recibió una denuncia de un presunto homicidio, se trataba de una persona encontrada mutilada (aún sin identificar), cerca de la calle San Jorge, una de las calles principales del pueblo.

Toda la policía se puso en alerta, y se dispusieron a localizar el primer cuerpo reportado. Conforme fueron pasando las horas se supo de otro hecho igual de sangriento.

Muy próximo de la catedral también fue localizado un cuerpo sin cabeza, presuntamente asesinado por un sujeto con una pala, un testigo que presenció los hechos afirmó que la víctima sería una persona de condición indigente, conocido por todos en el pueblo.

Alrededor de las 22:00 horas fue localizado el sospechoso de realizar los asesinatos, gracias a una denuncia anónima. 3 patrullas de la policía municipal acudieron al lugar de los hechos y al menos cinco agentes se aprestaron a detener al presunto homicida.

Un hombre de aproximadamente 30 años fue abatido con múltiples impactos de bala en el tórax. Los disparos fueron realizados por parte de un agente, debido a que el hombre en cuestión, respondió de forma violenta mientras los oficiales se disponían a apresarlo, al oponer resistencia ataco a uno de los uniformados con un objeto punzo cortante, testigos que presenciaron los hechos declararon que el hombre intentaba huir en un coche después de haber llegado a la plaza del pueblo, con la ropa manchada de sangre y una herramienta de jardín en sus manos, al parecer una pala para excavar.

El agente herido se encuentra en estado delicado, ya que recibió varios cortes a la altura del abdomen.





Historia inspirada en el videojuego de Silent Hill 2 de la trama del director y guionista Takayoshi Sato y todo su equipo de Team Silent.



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